sábado, 12 de enero de 2019

Homenaje a JUAN de Mariana

Por iniciativa del catedrático Jesús Huerta de Soto, y con el apoyo y organización de nuestro Instituto, acaba de celebrarse un homenaje a Juan de Mariana en la ciudad imperial de Toledo. El Acto tuvo dos lugares relevantes: la Catedral Primada, con un encuentro con el Deán en la Sala Capitular seguido de las conferencias que les escribo a continuación; y una ofrenda floral en la antigua iglesia de los jesuitas, donde se encuentra la tumba de Mariana.
Este homenaje es el tercero de lo que hemos venido en llamar Scholastics Road Show: un recorrido por la geografía española en recuerdo de varios doctores escolásticos de nuestro Siglo de Oro (1550 - 1650). Comenzó en la catedral de Segovia en 2013, donde está el sepulcro de Diego de Covarrubias, obispo de aquella ciudad del que luego hablaremos (era hijo, por cierto, del arquitecto que construyó la catedral de Toledo, Alonso de Covarrubias). En 2014 nos trasladamos a Pamplona para conmemorar a Martín de Azpilcueta, el doctor Navarro (aunque su sepultura se encuentra en la iglesia romana de San Antonio de los portugueses). Y como indicaba su promotor, Huerta de Soto, después de Toledo están previstos dos desplazamientos más, al Monasterio del Escorial y a Salamanca, de los que les informaré puntualmente.
El Acto Académico consistió en tres conferencias: Juan Ramón Rallo, Director del Instituto, presentó a Juan de Mariana como un antecedente del pensamiento liberal. Lo justificaba en sus intuiciones sobre la necesidad de respetar unas normas (derecho natural, en lenguaje de Rothbard) y seguir las costumbres que espontáneamente genera la sociedad (Hayek) como requisito para estructurar la convivencia de los pueblos (Mises). También explicaba una falsa interpretación de Mariana como defensor del absolutismo, siendo que precisamente este jesuita defendía con firmeza el sometimiento del Rey a las leyes, incluso hasta el punto de justificar la deposición de un monarca convertido en tirano. Pero, ¿cómo podemos discernir quién abusa del poder?: por ejemplo, señalaba, cuando se imponen tributos excesivos, se manipula la moneda o se incurre en gastos injustificados…
A continuación intervino Ángel Fernández, del que ya les he anunciado en estos Comentarios la defensa de su Tesis Doctoral sobre Juan de Mariana. Explicaba por una parte la composición de una Escuela Española de Economía, a partir de las enseñanzas de Francisco de Vitoria en Salamanca, pero que trascenderá los límites de aquella universidad llegando también a otros países europeos. Su contenido se puede resumir en los diez puntos que el propio Ángel Fernández escribía hace poco a propósito de esta reunión. También recordaba, al hilo de una idea expuesta por Rallo, sobre la influencia de Mariana en John Locke, cómo efectivamente el pensamiento de Juan de Mariana fue conocido por los padres fundadores de los Estados Unidos, ya que consta que sus libros estaban en las bibliotecas de John Adams y Thomas Jefferson.
Otra cuestión interesante es la aparición del concepto de “orden espontáneo”, desarrollado sobre todo por Hayek en Derecho, legislación y libertad. Aquí señala que la existencia de “los fenómenos que son fruto de la acción humana pero no del designio humano”, una idea atribuida al moralista escocés Adam Ferguson, fue sin embargo una intuición anterior de los doctores escolásticos españoles (cita por ejemplo a Luis de Molina) cuando estaban pensando en una explicación sobre los precios. Efectivamente, el comportamiento económico del hombre se ajusta más a este principio, distinto de las ciencias físicas o matemáticas.
Para terminar, les voy a resumir muy brevemente la conferencia del profesor Huerta de Soto, ya que con toda seguridad podrán leerla en el próximo número de la revista Procesos de Mercado, que publica en la Universidad Rey Juan Carlos de Madrid (junto a un reportaje audiovisual). Por ejemplo, la referencia al obispo de Segovia Diego de Covarrubias, que mencioné antes: frente al desvío objetivista de Adam Smith en su teoría sobre el valor (centrada principalmente en el trabajo), Covarrubias y el resto de los escolásticos enfatizaron más bien su carácter subjetivo: "el valor de una cosa no depende de su naturaleza objetiva sino de la estimación subjetiva de los hombres, incluso aunque tal estimación sea alocada"; y añade para ilustrar su tesis que: "en las Indias el trigo se valora más que en España… y ello a pesar de que la naturaleza del trigo es la misma en ambos lugares".
En cuanto a nuestro homenajeado, el padre Mariana, nos recordaba su más conocida obra: el Tratado y discurso de la moneda de vellón (De monetae mutatione), donde critica la manipulación de la moneda como una injerencia del gobierno en la economía, que además provoca una subida de los precios (lo que hoy conocemos como inflación), en el fondo, un impuesto injusto ya que no cuenta con el consentimiento del pueblo. También se refirió a la famosa Historia de España del jesuita, un gran relato de la lucha por la libertad frente a los tiranos que, junto al De rege et regis institutione, serán las obras que le llevaron a las bibliotecas norteamericanas.
Jesús Huerta de Soto terminó lamentando que no exista una buena edición de las Obras Completas de Juan de Mariana, habida cuenta la importancia de su pensamiento -así como del resto de nuestros doctores escolásticos-. Consideraba que debemos sentirnos orgullosos de esa tradición liberal, defensora de un orden social espontáneo y del concepto dinámico de la competencia y de la actividad empresarial, frente a los modelos estocásticos de equilibrio general que pretenden (con esa fatal arrogancia denunciada por Hayek) explicar matemáticamente los procesos de la creatividad humana. Termino recordándoles que próximamente se entregará el X Premio Juan de Mariana al profesor Huerta de Soto: ya solo por este reciente Acto parece que lo tiene bien merecido… ¡No se descuiden para reservar sitio en la Cena de la Libertad!

sábado, 5 de enero de 2019

Platon La Ciudad El Comercio y La División del Trabajo

Las necesidades del hombre dieron origen a la ciudad. Las más relevantes eran la alimentación, la habitación y el vestido. Sin alimentos, casa y ropa, el hombre no podría sobrevivir mucho tiempo. Era su instinto de supervivencia el que lo obligaba a unirse con otros hombres para lograr aquello que era incapaz de hacerlo con sus propias armas: satisfacer sus necesidades. Ahora bien: ¿de qué manera la ciudad podía garantizar la supervivencia del hombre, satisfacer tantas y tan disímiles necesidades? Resultaba por demás evidente que necesitaría albergar en su seno hombres que estuvieran en condiciones de desempeñar tareas diferentes encargadas de satisfacer necesidades específicas de los hombres. 
Sócrates pasó a enumerar los siguientes tipos de trabajador: labrador, albañil, tejedor, zapatero y quien se encargara de proveer las necesidades materiales (4). Al principio la ciudad debería estar compuesta de hombres capacitados para desempeñar alguna de estas actividades. Pero para que la ciudad funcionara ordenadamente sería fundamental que cada hombre que desempeñara una función determinada, lo hiciera en función del bien de todos y no de sí mismo. En este parte del libro Platón condenó el egoísmo y ensalzó la idea del bienestar general. Si el zapatero dedicaba todas sus energías en fabricar zapatos para todos, el albañil en construir casas para todos y el tejedor en hacer ropas para todos, el bienestar de la sociedad quedaba asegurado. Pero si el zapatero o el albañil o el tejedor, dedicaban la mayor parte del tiempo en satisfacer sus propias necesidades, el bien común público se resquebrajaba. Si cada hombre ejercía las funciones de labrador, albañil, tejedor y zapatero, no hacía más que pensar exclusivamente en sí mismo e impedía que otros ejercieran, por ejemplo, las funciones de albañil, tejedor o zapatero más eficazmente que él (5).
Platón pensaba que si cada hombre dedicaba todas sus energías en ejercer aquella función para la que mejor estaba preparado, todos se beneficiaban. Si el albañil se dedicaba exclusivamente a edificar casas y el zapatero a hacer zapatos, las casas y los zapatos serían de mejor calidad. Platón tenía en mente la noción de “dedicación exclusiva” o, si se prefiere, de “full time”, tan en boga en siglos posteriores (6).

 la idea de que la virtud es conocimiento

(1) PLATÓN: “República”, Editorial Universitaria de Buenos Aires, traducción directa del griego por Antonio Camarero, 1981, pág. 159.
(2) “A mi juicio-dije yo-, la ciudad tiene su origen en que cada uno de nosotros no se basta a sí mismo y necesita de muchas otras cosas. ¿O a qué otra causa atribuyes tú el origen de la ciudad?”, ibídem, pág. 160.
(3) “Tenemos, pues, que un hombre se une a otro llevado por una necesidad, y a otro llevado por otra necesidad diferente, y como las necesidades son varias, su multiplicidad reúne a muchos hombres en un mismo lugar, que se asocian para ayudarse entre sí, y a esta sociedad le damos el nombre de ciudad, ¿no te parece?”, ibídem, pág. 160.
(4) Ibídem, pág. 160.
(5) “¿Y qué? ¿Será necesario que cada uno ejerza a favor de los demás el oficio que le es propio? ¿Qué el labrador, por ejemplo, procure los víveres para los otros cuatro, y que emplee cuatro veces el tiempo y cuadruplique sus esfuerzos para proveer los alimentos y compartirlos con los demás, o será mejor que, sin preocuparse por los demás, recoja para él sólo la cuarta parte de los alimentos en una cuarta parte del tiempo, y dedique las tres cuartas partes restantes en construirse una casa, en fabricar sus ropas y su calzado, sin tomarse el trabajo de preparar nada para los demás, atendiendo por sí mismo a todas sus necesidades?”, ibídem, pág. 161.


ESCUELA de SALAMANCA LOS ORIGENES del LIBERALISMO

La charla tiene especial relevancia tras la buena acogida que ha tenido la primera parte de La Escuela Española de Economía, el primero de una serie de libros con los que Ángel Fernández se adentra en el legado de los intelectuales y pensadores escolásticos de los siglos XVI y XVII. No es para menos: no son pocos los que consideran que autores como Francisco de Vitoria, Juan de Mariana, Diego de Covarrubias, Domingo de Soto, Tomás de Mercado o Francisco Suárez sentaron las bases del pensamiento liberal contemporáneo.
Es por eso que Vicente Montes, director de la Fundación Rafael del Pino, destacó que hablamos de "un grupo magistral de filósofos que desarrolló un marco institucional basado en el respeto de los derechos individuales, el mercado, el comercio pacífico y los límites del poder político". Montes remarcó, además, la complejidad que entrañaba desarrollar aquellas ideas en un contexto de importantes cambios sociales, políticos y económicos.
Para presentar el evento, Ángel Fernández había destacado que, "a raíz del descubrimiento de América, en 1492, España lideró lo que puede considerarse una primera globalización con grandes movimientos migratorios de la población europea hacia el Nuevo Mundo y con un gran aumento del transporte marítimo y del comercio en el océano Atlántico. Esto llevó a la necesidad de estudiar las disputas morales que se derivaban de la colonización y de las transacciones del mercado y, consecuentemente, propició la identificación correcta de la mayoría de los principios económicos que hoy damos por aceptados pero que aparecen primero en las obras de los autores escolásticos españoles".
Fernández también destacó que, "a pesar de las guerras, las ideas escolásticas de los autores españoles se transmitieron por Europa y América, gracias al latín como idioma común del mundo académico de la época y también al uso de la tecnología de la imprenta, que permitía publicar y difundir gran cantidad de libros".

En su intervención, Juan Velarde señaló que "el Imperio Español tenía un tamaño monumental y en su seno se desarrollan ideas pioneras para el liberalismo, pero el desarrollo del sistema capitalista llegaría siglos después. ¿Por qué las ideas de la Escuela Española no terminaron de cuajar en el mundo hispano? Una de las explicaciones pudo ser el atraso de nuestras universidades en lo tocante al estudio de la matemática. En Salamanca, por ejemplo, los libros de dicha materia no fueron objeto de estudio hasta el siglo XIX. Había, sin duda, un gran acervo teológico, filosófico, jurídico… de modo que se había sentado una base moral para el mercado. Pero faltaba la matemática, faltaban los números como complemento necesario para esa forma de entender la economía".
Velarde se centró después en la figura de Juan de Mariana, a quien describe como un individuo "muy valiente, que recuerda a Jean Jacques Rousseau a la hora de alzar la voz para defender sus ideas, sin miedo a la censura. A Mariana no le tembló el pulso a la hora de defender el tiranicidio como respuesta de última instancia ante el totalitarismo. También defendió con ahínco la estabilidad monetaria, la propiedad privada… Ese coraje intelectual explica la importancia que tuvieron sus ideas en procesos liberales posteriores, como la Revolución Americana".
Ángel Fernández habló a continuación del "marco institucional escolástico, marcado por una serie de principios clave. En el caso de Francisco de Vitoria, puso encima de la mesa seis elementos esenciales: primero, la defensa de los derechos individuales a la vida, la libertad y la igualdad ante la ley; segundo, la defensa de la propiedad privada y los contratos; tercero, la importancia del mercado y el comercio internacional; cuarto, la necesidad de mantener un gobierno controlad y limitado; quinto, la defensa de la soberanía del pueblo y del principio de consentimiento de los ciudadanos; sexto, la defensa del derecho de oposición o rebelión frente a los tiranos. En el caso de Juan de Mariana, los temas estudiados fueron más o menos los mismos, con distintos niveles de compromiso y enfoque".
Pedro Schwartz se refirió primero a Francisco de Vitoria, "un hombre que reavivó la discusión económica y constitucional, siguiendo la tradición de Tomás de Aquino. La escolástica, considerada demasiado formal, había sido apartada durante décadas, pero las universidades europeas volvieron a tomar ese marco de estudio, apartándose del positivismo y recuperando la reflexión sobre asuntos naturales. Ese desarrollo fue especialmente profundo en España, en la Universidad de Salamanca y otros centros. Su legado dejó una herencia teológica importante, pero para el tema que nos ocupa debemos centrarnos en su otra aportación, que es de orden político, financiero y económico".

"No podemos caer en el patriotismo científico"

Dicho esto, Schwartz señaló que "hay que tener cuidado a la hora de estudiar los estudios de los autores escolásticos, no podemos caer en el patriotismo científico. Por ejemplo, porque las aportaciones al pensamiento económico que hicieron todos estos pensadores fueron mucho menos profundas que sus reflexiones consagradas a otras cuestiones, como por ejemplo los límites constitucionales del poder. Otro motivo para la cautela es que, aunque todos ellos hablaron a favor del comercio, no enarbolaron una oposición firme ante el proteccionismo de la época".
En su intervención, Victoriano Martín recordó que "la figura de Juan de Mariana tiene una enorme importancia por su capacidad para condensar ideas en volúmenes más sencillos y por su valentía a la hora de defender distintas ideas. Sin embargo, no podemos presentarle como un parteaguas, puesto que muchas de sus ideas están ya presentes en pensadores anteriores. Por ejemplo, es cierto que concibe la inflación como impuesto, algo sin duda novedoso que con los siglos se ha terminado aceptando. Sin embargo, esa idea tan moderna ya viene de antes, de las obras de El Panormitano, Antonio Beccadelli".
Desde hace casi dos siglos, abundan los libros que tratan del eterno debate sobre la relación entre el magisterio de la Iglesia y el liberalismo. Pocos, sin embargo, se han centrado en los postulados defendidos por la Escuela Austriaca, una de las corrientes del pensamiento liberal que más influencia ha tenido en la era contemporánea y cuyos precursores fueron Carl Menger y Eugen Böhm von Bawerk. Más tarde tomaron el relevo figuras como Ludwig von Mises y Friedrich Hayek. En los últimos tiempos, su representante más señero ha sido el norteamericano Murray Rothbard.
Y ha sido otro norteamericano –y católico tradicionalista–, el profesor Christopher A. Ferrara, el que, en su libro La Iglesia y el liberalismo: ¿es compatible la enseñanza social católica con la Escuela Austriaca?(Ed. Última Línea) desmenuza las, según él, casi insuperables contradicciones entre ambos. La edición española, con un apéndice en el que el profesor Daniel Marín –también tradicionalista– desmonta los argumentos que muchos liberales de hoy utilizan para hacer de sus postulados la prolongación natural de la Escuela de Salamanca.
Marín, que lleva años estudiando a los teólogos medievales y a los pensadores salmantinos, contradice con eficacia a Rothbard cuando este sostiene en La ética de la libertad que santo Tomás de Aquino defiende, eso sí «de una manera más implícita que explícita», la absoluta independencia entre la ley natural y la existencia de Dios. Lo que dijo el santo dominico fue lo siguiente: «Toda ley emana de la razón y de la voluntad del legislador: las leyes divinas y natural, de la voluntad razonable de Dios».
Lo mismo ocurre cuando Rothbard se hace un lío con Francisco Suárez: Marín le recuerda que el Doctor Eximius escribe que «la ley natural es una ley divina propiamente dicha, y su autor es Dios». Más claro, el agua. Marín prosigue con su labor los puntos sobre las íes con otros ejemplos, lo que hace que su apéndice sea más didáctico que científico. Bienvenido sea este enfoque si contribuye a la difusión de la doctrina social de la Iglesia, pese a que algunas de sus afirmaciones sean criticables o, como mínimo, matizables.
Eso sí, acierta al destacar unas palabras pronunciadas por Juan Pablo II durante una audiencia general en 1991, en las que reafirmaba que el mercado, en clave católica, «no es el regulador supremo». Por los tiempos que corren, es bueno repetirlo.


Marjorie GRICE-HUTCHINSON

Nació en Eastbourne, Inglaterra, el 26 de mayo de 1909. Hija del conocido abogado George William Grice-Hutchinson, su infancia y primera juventud discurrieron por varias ciudades europeas. Su educación primaria fue algo informal por ello, pero aprendió varios idiomas, incluso latín. En 1924 su padre adquiere una finca en la provincia de Málaga y desde entonces pasa temporadas en España. Ambos colaboran en algunas actividades filantrópicas como el sostenimiento de un dispensario médico y una escuela en Churriana. Durante la Guerra Civil Española el yate de su padre sirve para el traslado de algunos republicanos a Gibraltar.
En 1941 trabaja para el Foreign Office y poco después como profesora en la Universidad de Londres, en el King’s College, luego como directora del departamento de Español del Birkbeck College. Durante ese tiempo estudia en la London School of Economics, obteniendo un “degree honour”. Allí fue discípula de R.S.Sayers y de Friedrich August von Hayek (1899-1992), Premio Nobel de Economía en 1974, quien dirigió su tesis doctoral. Cuando en 1951 se casa con el barón Ulrich von Schlippenbach, ingeniero agrónomo establecido en Málaga, se traslada definitivamente a España hasta su muerte el 12 de abril de 2003. Durante sus últimos años cuidó del Cementerio inglés de Málaga, primera necrópolis protestante en España, donde recibiría sepultura tras su fallecimiento. En 1984 dona la finca familiar “San Julián” a la Universidad de Málaga que ubicó en ella el Centro de Experimentación Grice-Hutchinson” (Jardín Botánico de la Universidad de Málaga)

viernes, 4 de enero de 2019

Marjorie GRICE-HUTCHINSON

Marjorie Grice-Hutchinson (Eastbourne, Inglaterra, 1909 – Málaga 2003). Historiadora del pensamiento económico español, especializada en la Escuela de Salamanca y la teoría del dinero. Desde 1920 reside en Málaga junto a su familia. Estudió español en la Universidad de Londres, y fue profesora en el King’s College, en el Birkbeck College y en la London School of Economics de esa ciudad. Residió la mayor parte de su vida en Málaga, donde en 1951 se casó con en 1951 con el barón Ulrich von Schlippenbach, también malagueño adoptivo. Mrs. Grice-Hutchinson estaba en posesión de la cinta de Dama de la Orden del Mérito Civil y de la Orden del Imperio Británico, y era doctora honoris causa por las Universidades de Málaga y Complutense de Madrid. Muy vinculada a la ciudad de Málaga, que la nombró “Hija predilecta”, donó a la Universidad de esta ciudad la finca familiar de San Julián en 1984, que hoy es el Centro de Experimentación Grice-Hutchinson.
Entre sus obras cabe destacar: El pensamiento económico en España, 1177-1740, Barcelona, Crítica, 1982; y Ensayos sobre el pensamiento económico en España, Madrid, Alianza, 1995.
Mrs. Grice-Hutchinson fue una de las principales impulsoras del reconocimiento, conservación y estudio del cementerio inglés, del que cuidó e investigó desde el punto de vista histórico. Su trabajo titulado El cementerio inglés de Málaga y otros estudios (1989) es uno de los primeros acercamientos serios a este espacio funerario.

jueves, 3 de enero de 2019

Larraz y MAJORIE GRICE-HUTCHINSON

Sobre el trabajo de Larraz llamó la
atención el profesor Viñas Mey a
Marjorie Grice-Hutchinson quien fue
la encargada de dar a conocer a
Hayek, su director de tesis, la
existencia e importancia de dicha
Escuela
I. A propósito del pensamiento económico
5
A partir de esta investigación, tanto Hayek como Schumpeter
(“Late Scholastic Economics” en su History of Economic
Analysis, 1954), señalan la importancia del pensamiento
económico de la escolástica española: precursores de la teoría
subjetiva del valor, de la formación competitiva de los precios
y de la teoría cuantitativa del dinero. Rothbard y Huerta de
Soto consolidan esta revalorización en el seno de la Escuela
Austriaca de Economía
El libro de Grice-Hutchinson, The
School of Salamanca: Readings in
Spanish Monetary Theory, 1544-
1605 (1952) inicia, desde la teoría
monetaria, el interés más reciente
por los escolásticos españoles del
XVI
Estos desarrollaron la teoría de los
precios basados en la valoración
subjetiva, la teoría cuantitativa del
dinero y la teoría de la paridad del
poder adquisitivo.
La teoría de los precios llegó al
siglo XVIII (Hutcheson) a través de
Lessio, Grocio y Pufendorf
I. A propósito del pensamiento económico
6
Origen geográfico más restrictivo (convento de San Esteban y U. de
Salamanca) o más amplio (mundo hispánico, incluido Portugal –
Universidad de Coimbra- y América). Hay que diferenciar origen y
proyección (Barrientos: 10 + 85)
Otras denominaciones: escolástica española, escolástica hispana
(Chafuén), escolástica tardía (Schumpeter), o escolástica indiana
(Popescu, por la desarrollada en América)
Corpus Hispanorum de Pace de L. Pereña (+50 maestros) con el
descubrimiento como objeto fundamental de estudio
Unidad metodológica y doctrinal. Referencia fundamental de la
Escolástica: Santo Tomás y su Suma Teológica (metafísica, política
y ética aristotélicas)
Integración del pensamiento económico en el pensamiento sobre la
justicia y el derecho. Cómo conciliar la fe con el nuevo orden
económico y social. La doctrina tomista como “instrumental analítico”
II. Quiénes son
7
Francisco de Vitoria, O.P.
(Burgos 1483 - Salamanca 1546)
Trayectoria: París (1507-22),
Valladolid (1523-26),
Salamanca (Cátedra de Prima
de Teología, 1526-46)
II. Quiénes son
8
Renovación del pensamiento y de la enseñanza. Lecciones
(comentarios a la Suma) y Relecciones no impresas en vida,
pero sí conservadas por sus alumnos.
Algunas de las Relecciones más conocidas: De potestate
civili, De matrimonio, De potestate Ecclesiae, De potestate
Papae et Concilii, De indis prior, De iure belli (o De indis
posterior)
Francisco de Vitoria, O.P.
Respuesta al más importante reto histórico ¿quiénes son y qué
se les debe en consecuencia a los indios?
Todos los hombres comparten una misma naturaleza (imago
Dei), a idéntica naturaleza, idénticos “derechos”. La ley positiva
se deriva de la natural derecho indiano
¿Bajo qué circunstancias es lícita la guerra contra los indios?
¿qué es lícito y qué no estando en guerra? derecho de guerra
El valor primordial es la paz pero existe un derecho a intervenir.
Doctrina de la guerra justa
Communitas Orbis (Juan Cruz): “polis universal” cuyo fin es un
bien común universal. De este principio se derivan la libertad de
navegación o la libertad comercial
II. Quiénes son
9
Melchor Cano, O.P.
(Tarancón 1509 – Madridejos 1560)
Trayectoria: Salamanca, Valladolid
(1531), Alcalá (Prima, 1542),
Salamanca (Prima, 1546), Valladolid
(1553)
Teólogo tridentino (1551)
De locis theologicis (1563): tratado
sobre el método teológico o las
fuentes de la teología y cómo
utilizarlas en la argumentación
teológica
II. Quiénes son
10
Domingo de Soto, O.P.
(Segovia 1494 - Salamanca 1560)
Trayectoria: Alcalá (1512, Bachiller en
Artes), París (1516-19, Maestro en
Artes), Alcalá (1520, Lic. Teología),
Salamanca (Cátedra de Vísperas de
Teología 1532, en 1552 la de Prima)
Teólogo tridentino (1545) y confesor de
Carlos V (1548-50)
Miembro de la junta de los catorce en la
polémica sobre los justos títulos o
Sepúlveda - Las Casas (1550-51)
De iustitia et iure (1594), Comentarium
in quartum sententiarum (1558-60)
Precursor de Galileo: aceleración de los
cuerpos en caída libre
II. Quiénes son
11
Martín de Azpilcueta, C.R.S.A.
(Doctor Navarro)
(Berasoain 1492- Roma 1586)
Trayectoria: estudió en Alcalá (Artes y
Teología) y Toulouse (Cánones).
Profesor en Toulouse y Cahors (1518-
21), Salamanca (1524-38) y Coimbra
(1538-53).
Manual de Confesores y penitentes
(1556) en cuyo apéndice, Comentario
resolutorio de cambios, se encuentra la
teoría cuantitativa del dinero -origen
monetario de la inflación, antes que
Jean Bodin 1568- y la teoría de la
paridad de poder adquisitivo

(PDF) Introducción a la Escuela de Salamanca. Available from: https://www.researchgate.net/publication/295399828_Introduccion_a_la_Escuela_de_Salamanca [accessed Jan 03 2019].

Marjorie Grice-Hutchinson Malaga

Hay vidas que acomplejan en el mejor sentido, biografías que apabullan si se tiene en cuenta los medios de entonces, años que cunden mucho más que ahora, con la vida histérica en twitter. Es el caso de Marjorie Grice-Hutchinson, esa señora que eligió Málaga para vivir, Londres para estudiar, la escuela de Salamanca como su tema. Que escogió la Universidad de Málaga para enseñar ya de mayor, para donarle parte de la que fue la finca de su juventud, desde donde su padre se convirtió en el principal benefactor de Churriana. Sí, es lo que ve cualquier pasajero de paso hacia el aeropuerto, ese jardín misterioso que hay en la rotonda, enfrente de la fábrica de la Coca-Cola, rodeado de un muro.
Con el discurso feminista dominante, parece que no fue hasta antes de ayer cuando las mujeres fueron capaces de estudiar y hacer aportaciones académicas relevantes. Da igual que existiera Marie Curie. O Marjorie Grice-Hutchinson, aquella niña que, hija de un relevante abogado inglés, George William Grice Hutchinson, viajó por varios países, recibió una esmerada educación en casa, latín incluido, y, ya en los años 30, pudo ir a la universidad.
Gracias a los escritos de su amiga, la profesora Aurora Gámez, sabemos de su afición al deporte, sobre todo al tenis y al esquí. Debía de ser Marjorie pues una señora extraña en España, en el campo de Málaga. Y lo confirma ella contándoselo a Carmen Caro, hija de Pío Caro Baroja, con finca en Churriana: «Las mujeres españolas de entonces eran encantadoras pero tenían poca conversación». Es normal que buscara la amistad y la conversación de Gamel Woolsey, la mujer de Gerald Brenan, que le dedica a Marjorie Málaga en llamas, el recuento de la guerra civil desde la casa de Churriana.
Con Gamel Woolsey, según le contaba a Carmen Caro, era capaz de ir andando de Ojén a Churriana, con cerezos en flor y pasaba tardes tomando el té y hablando de libros. Cuenta Marjorie que era ella quien mejor conocía a los españoles, porque Brenan siempre siguió frecuentando a ingleses cultivados de visita.
Es fácil imaginarla como una suerte de Isak Dinesen, «yo tenía un cortijo en Málaga», esa ciudad que su padre vio arrasada en la Guerra Civil y de la que ayudó a escapar a gente en su yate Honey Bee camino de Gibraltar. De hecho, como Karen Blixen-Isak Dinesen, Marjorie, ya casada con el ingeniero agrónomo, Barón Ulrich von Schlippenbach, se dedicó a explotar el cortijo de Santa Isabel, donde pusieron una escuelita en la que aprendían muchos niños de la zona. Y gracias a Carmen Caro sabemos, porque se lo explicó Marjorie, que su suegro fue encargado de la fábrica de Los Guindos, donde consiguió que ningún trabajador enfermara porque él se ponía en la puerta del comedor y obligaba a lavarse las manos a quien las tuviera sucias».
Su futuro marido se fue a estudiar a Alemania y a principios de los años 30 llevaba fincas de una familia judía, propietaria del Berliner Zeitung. Con el auge del nazismo, su padre le aconsejó que volviera y compraron el cortijo Santa Isabel, en el camino a Cártama desde Churriana. Ahora es un polígono industrial.
En la teoría económica, resume su amiga y compañera Aurora Gámez: «Su aportación básica, fundamental, ha consistido en profundizar, asentar y difundir en el mundo científico internacional el valor, la originalidad y la aportación pionera de la Escuela de Salamanca al campo de la teoría monetaria, haciendo que las ideas aquellos españoles ocupen el lugar que les corresponde en el haber de la ciencia económica mundial.
Ahora bien, junto a esta contribución tenemos que señalar, asimismo, la de haber demostrado el importante papel, también pionero, de los intelectuales musulmanes españoles en el conocimiento de las ideas de Platón y Aristóteles en Europa occidental». Casi nada. Sí, fue una inglesa la que le propuso al mismo Frederick A. von Hayeck hacer una tesis doctoral sobre aquellos pensadores del siglo de Oro y gracias a la que fue posible acuñar el término ‘La Escuela de Salamanca’.
El Premio Nobel de Economía, gurú del liberalismo, no le dio muchos ánimos. Pero ella perseveró y se entusiasmó. Aprendió de los mejores en la London School of Economics y, en la vida, una actitud, de su padre, de ayuda al entorno. Todavía en Churriana recuerdan «al inglés de la loma de San Julián» por haber sufragado un dispensario y traer medicinas de Gibraltar para los más necesitados, por su ayuda a los tuberculosos y a unas chicas a las que puso colegio. Ella se ocupó de que el mundo supiera cómo era la vida en el campo de entonces, con un par de libros, y escribió una obra sobre el cementerio inglés, donde están depositadas sus cenizas, que ha hecho mucho por la conservación de esa joya del paseo de Príes.
Se ocupó también de la arqueología de Churriana que, en este pueblo, el mío, se nos olvida que tenemos tan cerca las excavaciones de Cerro del Villar, el origen fenicio de Málaga. Me gusta imaginarla entre vacas, niños pobres, observando pájaros y, a la vez, estudiando libros, a los clásicos, a los no tanto, llevando una correspondencia intensa con economistas de todo el mundo, la curiosidad siempre alerta. Esa señora que fue envejeciendo con toda la dignidad que ahora parece no haber, encogiendo, pelo blanco pero las neuronas en funcionamiento, muy recta con el birrete de doctora Honoris Causa que fue en la Universidad de Málaga, y también de la Complutense de Madrid.
Hace unos meses, Carlos Rodríguez Braun, como prólogo a una charla que dio en la Diputación, dijo que lo que más le gustaba de Málaga era el cementerio inglés, porque allí estaba enterrada su amiga Marjorie, aquella señora que nunca tuvo edad, porque jamás se rindió a la posibilidad de dejar de aprender o de ayudar. Como él, Marjorie Grice-Hutchinson, dicen, tenía un gran sentido del humor. Y era una optimista: escribió y documentó Aproximación al pensamiento económico en Andalucía.
Alguien que donó la finca de su padre a la Universidad, que escribió sobre el cementerio inglés para recordarlo, se merecería que en la casa de su amigo Gerald Brenan, en Churriana, hubiera un hueco donde Cristóbal Salazar pudiera colgar las fotos que ha ido recopilando sobre los personajes extranjeros que pasaron por ese pueblo convertido ahora casi en ciudad dormitorio. En esa casa tan bien rehabilitada se debería honrar a los hispanistas que se enamoraron de ese rincón y trajeron hasta allí a sus amigos extranjeros. Primero hay que aprender a honrar a los muertos y eso es lo que hemos pretendido con este suplemento. No pude conocerla en vida pero, gracias, Marjorie. Ahora sé mucho más de lo que hay detrás de ese cartel en la rotonda del aeropuerto, donde vivió «el inglés del cruce», con su colección de jilgueros australianos, su servicio bien tratado, su ropa de campo y recuerdos de una guerra civil donde salvó a gente de las dos Españas. Primero a unos, luego a otros. O sea, ayudó a la tercera España, siempre amenazada por los enemigos de la libertad.