ESPAÑA TAMBIÉN PRODUCE PENSAMIENTO ECONÓMICO
Comentario del libro
FUENTES QUINTANA, Enrique (dir., 2003): Economía y Economistas
Españoles, Círculo de Lectores-Galaxia Gutemberg, Barcelona
conomía y Economistas Españoles es una
magna obra que recoge la esencia de la
Historia del Pensamiento Económico de
España. La colección está dirigida por E.
Fuentes Quintana e integrada por el siguiente equipo de dirección S. Almenar Palau, F.
Comín Comín, V. Lombart Rosa, E. Lluch Martín, M. Martín Rodríguez, L. Perdices de Blas,
A. Sánchez Hormigo, J.M. Serrano Sanz y P.
Tedde de Lorca. De este capaz grupo debe
destacarse la labor del desaparecido Lluch,
pues además de sus aportaciones creó una
escuela entre la que están parte de los coordinadores y muchos autores de los que han
participado en este proyecto.
E
Ocho tomos más un apéndice es el resultado final en el que han participado más de
100 estudiosos, muchos salidos de las propias
Facultades de Economía españolas. También
se recogen colaboraciones internacionales,
aunque menos de las que se esperaría encontrar en una obra de esta extensión. Coordinar todas estas contribuciones ha sido posible gracias a la disciplina impuesta en la estructura de la obra. Cada tomo se encabeza
con un ensayo sobre la época de estudio,
junto con una lograda síntesis del contenido
que se encontrará el lector en las páginas sucesivas. En las páginas centrales de cada volumen hay un Álbum con un conjunto de
imágenes que acompañan los comentarios
de un especialista del periodo tratado. Y se
cierra el tomo con un cuidado índice onomástico.
Creo que dos son las guías de la obra: la
primera temporal, a través de la que se desarrolla la respuesta a qué han hecho los economistas españoles en los últimos cuatro siglos. La segunda es la óptica de la construcción nacional de la historia del pensamiento
económico, que dota de sentido un trabajo
de estas características sobre la aportación
de un país como España al Pensamiento Económico Universal. Posiblemente sea el principal resultado del proceso de renovación del
estudio científico de Historia del Pensamiento Económico vivido en España en los últimos años. En las siguientes páginas intento
ofrecer un resumen, o índice general del
contenido de la obra, puesto que el elevado
número de temas estudiados exigiría que un
número similar de expertos examinasen los
tópicos a debate. La intención de lo que sigue en mucho más modesta.
La obra se abre con un amplio ensayo que
muestra al lector las motivaciones de la investigación, sugerencias y evolución, y revisa
con detalle el contenido del total. Por su calidad y amplitud el estudio podría tener entidad de monografía con independencia del
proyecto en el que se integra. Los ocho artí-
culos que completan el tomo uno aportan
más argumentos de apoyo a la opción metodológica adoptada de las historias nacionales,
Entelequia. Revista Interdisciplinar, nº 3, primavera 2007 Recensiones bibliográficas / 343tanto por estudiosos españoles como extranjeros. Además se revisan otros paradigmas
metodológicos.
El tomo dos está dedicado a los
“orígenes” del pensamiento económico, en
donde España cuenta con aportaciones importantes. El punto de partida es la España
musulmana, principal canal de transmisión
de la cultura helénica a la cristiandad occidental. El único autor singularizado de esta
etapa es Ibn Jaldún, un artículo que sorprenderá tanto como la atención que se le dedica
a las raíces filosóficas de la economía. También en la España andalusí se encuentran los
precedentes de la Escuela de Salamanca.
Fueron los escolásticos españoles quienes
elaboraron las primeras teorías modernas sobre problemas nuevos habidos con el funcionamiento de los mercados financieros, la
moral relacionada con el dinero, su valor y su
precio, entre otros. El reconocimiento que
destacados pensadores internacionales han
prestado a esta etapa se ve reflejado en la
reedición de algunas aportaciones en la materia de Grice-Hutchinson o Popescu. Tomás
de Mercado y el Pater Mairena son los autores que se estudian de manera individual.
El tomo se cierra con un estudio sobre el
Mercantilismo y Arbitrismo. Luis Ortiz, Sancho de Moncana, Francisco Martínez Mata,
Gerónimo de Uztariz, Bernardo de Ulloa, Alberto Struzzi intentaron ofrecer soluciones a
la decadencia que ya era visible a comienzos
del XVII ante los problemas derivados de la
avalancha de metales llegados de América, o
del incremento de la población. Se insiste en
la singularidad del mercantilismo español en
el contexto europeo, puesto que difería de la
principal preocupación de los mercantilistas
europeos por la acumulación de riquezas,
pero no se ha incorporado un texto particular que ahonde en estas diferencias, ni se ha
aprovechado la oportunidad para reeditar alguna aportación internacional al respecto.
La multitud de estudios que existen sobre
la Ilustración Española se ha reflejado en el
tomo III. La preparación intelectual de los
ilustrados aseguró la continuidad de la recepción del Pensamiento Económico Europeo durante la segunda mitad del XVIII en
España, si bien el influjo de la Fisiocracia fue
limitado. Varios son los estudios dedicados a
las figuras de Jovellanos y Campomanes, pero
también a otros economistas menos conocidos como Ward, de Olavide, Cabarrús, Foronda, Alcalá Galiano, Normande y Cercavilla,
Román y Rosell. También se estudia la labor
de las Sociedades Económicas de Amigos del
País; los ilustrados españoles por lo general
no fueron grandes teóricos, sino que sus textos y actividades ―como las realizadas en estas sociedades― iban encaminadas a resolver
problemas particulares de la economía espa-
ñola. Contar con estudios específicos sobre
algunas regiones de España, aporta interesantes ideas sobre las peculiaridades que ya en
aquel entonces configuraban el territorio español, aunque puede correrse el riesgo de
crear una realidad más imaginaria que cierta
al carecer de estudios con la misma profundidad para todas las regiones.
El tomo IV se titula “La escuela clásica”.
España, tras haber desempeñado un papel
creador en el pensamiento pre-clásico con
las aportaciones de la Escuela de Salamanca y
sus mercantilistas, con la primera oleada de
la Economía Clásica inicia un largo retiro hacia la periferia del pensamiento económico.
De hecho, el punto central de la primera fase
de la Economía clásica en España lo constituyó la recepción de The Wealth of Nations. La
recepción de la economía clásica inglesa se
interrumpió a partir del enorme éxito que
produjo la lectura de Say.
Entelequia. Revista Interdisciplinar, nº 3, primavera 2007 Recensiones bibliográficas / 344A. Flórez de Estrada fue el principal economista de la época, además de ser el más
significativo de los pocos que efectuaron sus
aportaciones en el marco de la escuela clásica inglesa. Los coordinadores han optado por
encuadrar en este primer grupo a otros dos
autores con un perfil menos completo que el
de Flórez: el hacendista Canga Argüelles y el
economista matemático J. López de Peñalver.
La mayor parte de los protagonistas de la
etapa clásica fueron seguidores de Say, Bastiat y sus continuadores. El predominio francés propició el surgimiento de una escuela
dominante: la Escuela Economista Española
(1840-1870). La nómina de sus miembros engloba a la totalidad de autores del periodo,
siendo el único grupo disidente significativo
los proteccionistas catalanes. A algunos de
los miembros de la Escuela Economista han
sido objeto por primera vez de estudios individuales, si bien no se ha incluido en la obra
una visión crítica de conjunto. De todos ellos,
la figura más representativa fue la de Figuerola, que en su ejercicio político trató de
trasladar las bases de su ideario liberal económico.
A pesar de sus escasas aportaciones analí-
ticas, la Escuela Economista realizó una importante labor divulgadora al lograr que la
Economía fuese una disciplina regular en las
facultades de derecho. Y también propició la
creación de instituciones desde las que se divulgó la política económica liberal como el
Ateneo y la Real Academia de las Ciencias
Políticas y Morales. Este interés por reflejar el
proceso de institucionalización de la Economía, integrándola en la historia del pensamiento económico nacional, es un valor añadido que está presente en toda la colección
de Economía y Economistas.
El tomo V recoge las críticas a la Economía Clásica. En este volumen se ha logrado
sistematizar en tres bloques la heterogeneidad de corrientes surgidas en contra de la
Economía Liberal del último cuarto del XIX,
donde queda patente la singularidad española de la etapa. El distanciamiento de las tendencias internacionales del análisis económico resulta todavía más obvio cuando se observa el vacío que hubo en España hubo
frente al Historicismo y la nueva aproximación al análisis económico que provocará la
Revolución Marginalista.
Desde el propio marco liberal surgieron
varias facciones que aceptaban la intervención pública en la cuestión social. La vertiente conservadora tuvo un claro representante
en Cánovas del Castillo. La corriente econó-
mica más importante fue el Krausismo, si
bien su principal logro estuvo en la renovación pedagógica del país. Se echan en falta
en el volumen más confrontaciones como las
que existen en la exposición del Krausismo,
donde varios investigadores ofrecen puntos
de vista diversos sobre las raíces alemanas
del movimiento y el desarrollo que tuvo en
España.
El segundo grupo de críticas tuvo un impacto más difuso en la economía como ciencia. Desde el Regeneracionismo se propusieron medidas radicales frente a los problemas
de fin de siglo, pero la carencia de un modelo económico ―como evidencia la obra de
Costas, su principal intelectual―, sobre el
que apoyar sus propuestas las hacía impracticables. El Georgismo también generó una
amplia literatura en España a partir del tardío
impacto de la obra del americano Henry George.
El tercer bloque de críticas se aglutina
bajo la denominación de socialismo. El socialismo utópico surge en España hacia 1840,
con autores de segunda fila y un impacto dé-
bil. La excepción más destacable es la figura
Entelequia. Revista Interdisciplinar, nº 3, primavera 2007 Recensiones bibliográficas / 345de R. de la Sagra, un economista difícil de catalogar que pasó del socialismo al catolicismo conservador. La limitada recepción del
socialismo científico del momento justifica la
atención prestada a un autor como J. Varela,
quien en 1884 realizó la primera exposición
clara sobre el socialismo en España. En este
punto de la obra se rompe la linealidad temporal al efectuar un largo repertorio (hasta
1960) de economistas españoles con evidentes influencias de Marx. También se presenta
en esta sección la investigación sobre Sraffa
en España (1960-1980), por su relación con
la tradición marxista y su crítica de la teoría
neoclásica, ya en el ámbito español.
Me gustaría insistir en el descrédito sufrido por la política económica de finales del
XIX y el bajo nivel analítico de sus representantes, lo que hizo que intelectuales de otros
campos se permitiesen opinar sobre la materia. Otro punto interesante es que a lo largo
del XIX numerosos economistas prestaron
atención al papel económico de las colonias,
particularmente de Sudamérica, pero este aspecto no es recogido en un estudio específico al que el lector interesado se pueda dirigir.
El tomo VI está dedicado a la modernización de los estudios de Economía en España
vivida en el primer tercio del XX e interrumpido por la Guerra Civil (1936). La mayor parte de los artículos que componen el tomo
(20 de 23) están dedicados a autores individuales de las tres generaciones que contribuyeron a la modernización.
La renovación se inaugura con Flores de
Lemus, Bernis y Zumalacárregui, denominados la Generación del 98. Todos tuvieron un
contacto directo con las nuevas teorías económicas durante sus estudios de posgrado en
el extranjero y trasladarán estos conocimientos a sus alumnos desde las cátedras de Economía y Hacienda de las universidades espa-
ñoles. Este grupo formará a un nutrido grupo
de discípulos que continuarían con su proyecto desde la docencia, pero también desde
los centros de estudios constituidos en esta
etapa. Su área de investigación preferente
fue la economía aplicada basada en el método científicos y con un fuerte instrumental
estadístico. En este sentido debe insistirse en
el trabajo de Flores de Lemus como docente
pero también como profesional desde la labor que realizó en el Ministerio de Hacienda,
en donde también trabajarían sus alumnos
más destacados.
Los componentes de la siguiente generación, la de 1914, fueron discípulos de Zumalacárregui y sobre todo Flores de Lemus.
Compaginarán la docencia con el ejercicio
profesional en centros de estudios económicos, como el Servicio de Estudios del Banco
de España (1930-36) y su área preferente de
atención será la Hacienda Pública. El principal
representante de la generación del 14 fue L.
Olariaga. También se destacan las figuras de
O. Fernández Baños, G. Benácer, R. Carande,
A. Viñuelas, G. Franco y A. Cienfuegos.
En la generación del 1927 seguirán participando algunos de los discípulos de la Generación del 98, y llegarán a ser los maestros de
la primera facultad de ciencias económica
creada en España (1943). Destacan además
Perpiñá y Valdellós.
Con los nuevos profesiones se reanudó la
circulación de ideas del Pensamiento Econó-
mico Internacional. Particular atención ha
merecido en el tomo la primera recepción
del Keynesianismo (hasta 1936), que encontró seguidores entre los economistas más familiarizados con el pensamiento económico
británico (Bernis y Olariaga). El siguiente artí-
culo muestra la hasta ahora ignorada recepción de la Escuela de Lausana a través de C
Orduña en la Escuela de Ingeniería de Caminos, que aún teniendo un nivel analítico básico supone un canal de difusión novedoso.
El tomo se cierra con algunos de los principales antecedentes de la primera Facultad
de Ciencias Políticas y Económicas de la Universidad de Madrid, que se vio retrasada por
la Guerra Civil. Quizás sorprenda la ausencia
de una capítulo dedicado expresamente a lo
que supuso el régimen autoritario de Franco,
al truncar las trayectorias de los economistas
que tuvieron que exiliarse y de muchos de
los que se quedaron. Sí se hacen algunos comentarios al respecto pero podría haber sido
interesante contar con un trabajo específico.
La presentación del contenido del tomo
VII, “La consolidación académica de la economía”, posiblemente sea más atractiva para
un lector no familiarizado con la Historia del
Pensamiento Económico Español que la del
anterior, al combinar estudios de autores con
un nutrido conjunto de ensayos sobre la renovación de los paradigmas en España, si
bien una vez más carece de referencias o
comparaciones con los procesos vividos en
los países colindantes.
La primera facultad de Economía en Espa-
ña fue creada al amparo de la Ley de Ordenación de las Universidades Españolas (29 de
junio de 1943). Los tres primeros catedráticos de Teoría Económica fueron M. de Torres, V. Andrés Álvarez y J. Castañeda. La nó-
mina se completó con la notable contribución al cuadro de profesores de Heinrich von
Stackelberg y J. Sardá, impulsor de la Facultad de Economía de Barcelona.
La consolidación académica de los estudios de Economía ha establecido una senda
de permanente actualización de la Ciencia
Económica en España. Tras presentan una reflexión sobre el Keynesianismo en España varios especialistas analizan la evolución de diferentes áreas de conocimiento: Econometría, Hacienda Pública, Economía Regional, y
la Economía de la Empresa. Acompañan a estos estudios otros sobre la importancia del
monetarismo y la teoría macroeconómica
moderna.
En el último bloque se reflexiona sobre lo
que han sido los primeros 50 años de vida de
las facultades de economía. El balance es positivo y aporta novedosos indicadores empíricos que muestran cómo el incremento de facultades y alumnos ha respondido a la demanda de profesionales para modernizar la
economía y sociedad española. Balance positivo, pero no sin sombras: la ascendente presencia de facultades de economía, que a partir del 1953 ampliaría sus competencias con
los estudios de empresariales, también ha soportado carencias en la docencia que más
adelante tendrían que ser solucionadas por
el propio economistas en su ejercicio profesional.
La finalidad del último volumen, el VIII, es
reflejar el desarrollo de la profesión. Ahora
toman la palabra los economistas actuales
para evaluar, en muchos casos en primera
persona, las tres grandes operaciones vividas
por la sociedad española en los últimos 50
años. El Plano de Estabilización de 1959 supuso la internacionalización de una España
sumida en una situación económica insostenible debido a la economía autárquica practicada por el régimen autoritario de Franco. El
segundo escalón donde la capacidad de
nuestros economistas fue puesta a prueba
fueron las políticas de ajuste ante la crisis
económica de los ´70 y los Pactos de la
Moncloa de 1977, con los que España iniciaba la senda democrática. Se precisó de la
participación de todos los sectores e interlocutores de la sociedad española y los econoEntelequia.
Revista Interdisciplinar, nº 3, primavera 2007 Recensiones bibliográficas / 347
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